Con las primeras conferencias a cargo de la activista ambiental brasilera Ellen Monielle y del economista Roberto Bisang, la tercera edición de la Cumbre Mundial de Economía Circular que organizan el ente Biocórdoba y la Municipalidad de Córdoba muestra la ampliación de su agenda a la crisis climática y la bioeconomía.
Monielle, de 24 años, activista por la seguridad alimentaria y la defensa del ambiente, hizo énfasis en el “racismo ambiental” de las consecuencias del cambio climático, provocando desplazamientos, y una mayor vulnerabilidad a inundaciones, incendios o sequías, entre otros fenómenos. Por eso, considera que es necesario vincular la lucha ambiental a la justicia social.
En Joao Pessoa, en el nordeste brasileño, donde vive Monielle, existe un pueblo que se llama San Rafael, que emitió una moneda propia que llamaron orquídea y que contribuye al desarrollo comunitario.
Monielle, de madre indígena y padre negro, hizo un fuerte llamado a mirar la crisis climática desde la perspectiva de quienes sufren con mayor dureza sus consecuencias.
Roberto Bisang, profesor de la Universidad Centro Estudios Macroeconómicos de Argentina (Ucema) y especialista en bioeconomía, dijo que el contexto es “heavy” por los problemas de la macroeconomía, pero que celebraba poder hablar de esta contracara, que ubicó en el centro de las oportunidades productivas y de desarrollo económico.
“Nadie discute la necesidad de ordenar lo monetario, alcanzar equilibrios fiscales. Pero también es necesario ver la contracara en la economía real, y ahí la bioeconomía puede ser la base de un modelo distinto que puede dar respuestas a lo que demanda la sociedad a la economía: empleo, estabilidad, modernización, mejor distribución de la población en el territorio, integración al mundo”, remarcó el orador, que fue presentado y entrevistado por el ministro de Servicios Públicos provincial, Fabián López.
Bisang planteó como eje de la bioeconomía la industrialización de los recursos naturales, para concebir que más que emprendimientos agrícolas o ganaderos, fábricas a cielo abierto. “Estamos hablando de procesos industriales a partir de biomasa agropecuaria, química verde, diésel verde o sintético, como lo que está impulsando Joe Biden en Estados Unidos, pero acá, en Córdoba y Santa Fe”, enfatizó.
Para el experto, Argentina tiene una oportunidad para crecer porque tiene materia prima a partir de biomasa de la producción en agricultura y ganadería, el reciclaje, hay equipos e inteligencia en biotecnología, pero falta institucionalidad.
Bisang apuntó que es necesario discutir las actividades promovidas desde el Estado, que perdieron capacidad de empleo. Y sacarle “el freno de mano” a lo nuevo, que es la bioeconomía, según su visión.
No es solo agro, para Bisang hay bioeconomía también en salud y turismo, entre otras actividades.
Feria y evento paralelos
La Cumbre tiene un gran movimiento de gente visitando los stands de emprendedores en economía circular, entre los cuales se destaca el espacio de Circularis-Grupo RFG, con la exhibición de un tramo de durmientes plásticos, que ya están siendo probados en las vías de Trenes Argentinos. Es uno de los proyectos de mayor escala que comienzan a operar en Córdoba.
En un espacio paralelo de experiencias circulares hubo también dos mesas sobre biocombustibles y bioenergía y un lugar para las experiencias de las universidades Nacional, Siglo 21 y Blas Pascal.