Desde la redacción de Más Info compartimos la columna del periodista Carlos Santos Torres en Necesitamos Saber, programa que conduce cada miércoles en el aire de Canal 2 de Perico.
Nuevo abordaje
Nuevo abordaje porque estamos ya en los primeros días de diciembre que tiene su particularidad. Un año más que se está extinguiendo en nuestras vidas, y el año mismo se va extinguiendo.
Y con todo lo que pasamos los argentinos que no es poco, no es mucho pero pasamos y seguramente hay algo para comentar de cada día, de cada párrafo, de cada etapa o jornada que tuvimos que vivir.
Y también a solo unos cuantos días de cambio de página en ese cambio de libro imaginario que tenemos todos los argentinos pero real. Un libro imaginario pero real porque estamos hablando de este transitar cotidiano que tenemos cada uno.
Y es bueno, es bueno que digamos que lo vivimos, lo sufrimos. A lo mejor alguna distracción en algún tiempo que, momentánea tal vez, nos sustrajo de la situación del país pero que nos sacó por un ratito a otra esfera. Una de ellas fue el Mundial que ya paso y nos sacó, nos puso contentos a todos.
Y después. Siempre viene el después.
Después, enumerar lo vivenciado. Sería muy extenso hablar de todas las cosas que nos pasaron, de todas las cosas que vivimos peros siempre hay una oportunidad. Dios nos da una oportunidad todos los días, ese presente, ese regalo de una nueva experiencia de un hecho que puede ser histórico.
Quiero hoy poner dos palabras: honestidad y eficacia. Que nos apunten esas dos palabras a algo que se llama esperanza. Esa esperanza que tengamos en el próximo gobierno. Honestidad y eficacia para poner en práctica y no que sean el slogan que cae en saco roto o vacío.
Para empezar se me ocurrió poner también ´no más dádiva´ sino la cultura. Esa cultura que hemos perdido muchos hombres y mujeres del respeto, del trabajo, de la buena convivencia.
No más violencia. No queremos más violencia en ningún tipo de situaciones ni en la sociedad, ni en las escuelas, ni en lo gremial, ni en el fútbol. Es decir, que comencemos a vivir como un país que ha crecido, que usa pantalones largos.
Queremos eso a partir de este momento. Y tal vez vendrá a partir de lo que proponga el nuevo gobierno que ha planteado una nueva convivencia. Debemos desinstalar lo malo, tomar desafíos nuevos, moldearnos y adaptarnos al nuevo tiempo, el que vendrá que no va a ser fácil, ni un chasquido de dedos.
Han pasado muchos días, muchos años, inclusive desde que volvimos de la democracia. 40 años. Fuimos tomando buenos y malos conceptos, quizás fueron más los malos y ahora es tiempo que comencemos a transitarlos.
Y esto para que lo pensemos en lo individual, pensando en cambiar desde uno mismo. Porque claro, queremos que esto sea una cuestión colectiva pero siempre comparo con el colectivo: cuando frena, todos nos vamos para adelante y cuando arranca nos movemos para atrás. Es bueno también el movimiento en conjunto pero prefiero sugerirle que pensemos cada uno en lo individual para después hacer sin tener que copiar a nadie y que pensemos que todos vamos en el mismo sentido. Para seguir adelante en este tiempo porque esto va a ser como un ensayo.
Desprendernos de estos resentimientos de esos rencores, de esas injusticias, de esos odios, de las descalificaciones que tuvimos que escuchar, de los malos tratos y sobre todo de algunas personas que todavía siguen con hambruna de poder, tienen hambre de poder y son personas evidentes, muy notables, personas que conocemos y que no quieren dejar lo que en algún momento Dios tuvo la oportunidad de dar a cada uno.
Por eso, en esto de desaprender, de despojarnos de viejas vestiduras comencemos a dialogar con respeto, con sinceridad, a modificar conductas, arrancar y a extraer de nuestras vidas lo que arruina y vamos a buscar lo nuevo. Como este nacimiento mismo que vamos a tener este 24/12.
Y hablando de números, miremos el número 10. Es el inicio de algo distintos, de algo nuevo y con expectativas, muchas expectativas, todos las tenemos. Y todos tenemos el deseo de que nos vaya bien pero que no sea solamente expectativa y deseo sino que sea accionar donde cada uno de nosotros tenemos aunque sea una pizca que hacer, para aportar a esto y que sea un renacimiento para los argentinos.
Nos otorguemos esta oportunidad que nos da la vida de iniciar de nuevo esa asertividad, la habilidad muy importante en nuestra mente primero.
Por supuesto la seriedad, la madurez, el conocimiento que hemos tomado con lo bueno, lo malo, lo regular hasta este momento que nos sirva de base para arrancar, para saltar, para pretender algo nuevo para el lugar donde vivimos empecemos por allí, serán nuestros hogares, nuestro barrio, nuestra ciudad, nuestra provincia y nuestro país. La suma de todo ello dará cuenta que nuestro país está un poquito mejor.
Vuelvo a reiterar esto no va ser una cuestión de un día para otro. Y creo que nosotros, cuando hablo de conductas, de mentes, de conducirnos con serenidad nos lleven a que no seamos como soldaditos de plomo. O para decirlo mejor, no seamos piezas de ajedrez donde nos corre el que juega con nosotros y nos pone donde quiere porque todavía hoy, aunque usted no crea, hay gente que mueve los soldados para donde se le antoja y mira para otro lado como si no hubiese hecho el movimiento de las piezas.
¿Me entiende lo que le quiero decir? No me gusta dar nombres de las personas pero sí hablar de las situaciones que estamos viviendo. Hay gente que ha acumulado a nivel nacional mucha plata y acá también lo ha hecho, en nuestras ciudades, en nuestra provincia. Entonces, queremos erradicar eso. No nos merecemos los argentinos haber heredado un país, una patria tan linda y hoy estar viviendo en este país donde pocos han juntado mucho y por eso quieren seguir manejando la patria.
Ya hubo un vuelco y ese vuelco lo tenemos que acompañar para que vivamos un país mejor, un país auténtico. Seguramente habrá ensayo, error como decimos habitualmente en una experiencia pero la Navidad nos espera con paz, sin confrontaciones, con mucho entusiasmo.
Volvamos de alguna manera con un pesebre a renovar la esperanza de una Argentina mejor.
¿Lo pensamos?
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