El empresario advirtió que en estos últimos meses hubo caídas de consumo de entre un 30% y 35% en hotelería, y del orden del 40% en gastronomía, a lo que se suma la pérdida de rentabilidad. Es decir, en algunos lugares, como en Cafayate, los niveles de ocupación fueron buenos pero el empresariado se vio afectado por los elevados costos de los servicios públicos, con subas de hasta un 400%, como en la energía eléctrica y el gas.
En relación a la temporada de verano, Lucero augura meses difíciles. «Históricamente, Salta tiene un 50% de ocupación en verano, cifra que no vamos a superar por este año de crisis, pero haremos lo posible para acercarnos a ese número», expresó. Y en relación a las características del turista promedio que esperan, explicó que «predomina el modo gasolero». «Será más austero porque el que salía y hacía dos o tres excursiones, ahora hace una. El que salía a cenar todas las noches, ahora quizás hace una peña y esa baja se nota en el consumo per cápita que registramos cuando hacemos las estadísticas».
Por otro lado, desde la Fundación Encuentro, en base a información del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), indicó que «el crecimiento del turismo emisivo por sobre el receptivo genera déficit en la balanza comercial del sector y anticipa una temporada crítica de verano». En esa línea, puntualizó en que «hacer turismo en nuestro país es caro. La industria presenta ocho meses de caída constante, con una balanza deficitaria de u$s3.347 millones acumulados entre enero y agosto». «Sin incentivos al consumo turístico, sin regulación de precios y alivio de tarifas, el futuro de esta industria no es incierto, es devastador», se acentuó en el informe.
Fuente: Ámbito